viernes, 7 de septiembre de 2018

Cuatro razones para amar a Romeo Santos, el "Rey de la Bachata"

El público lo aclama y es fiel asistente a cada uno de sus conciertos, además de su talento por otros motivos que conocerás a continuación.

Cuatro razones para amar a Romeo Santos, el "Rey de la Bachata"
Cuatro razones para amar a Romeo Santos, el "Rey de la Bachata"
Romeo Santos es conocido como el "Rey de la Bachata", por ser el intérprete más reconocido y aclamado del género en los últimos tiempos.
Sus canciones transcienden fronteras y culturas, y hasta ha logrado que a quienes no les agradaba este género, comiencen a amarlo tanto como él.
Sus éxitos son muchos, tiene muchos récords y una carrera sumamente próspera desde que comenzó en el grupo Aventura, el cual abandonó para lanzarse a solista.
Además, Santos es uno de los cantantes más aclamados y admirados por el género femenino, ya que las mujeres enloquecen por él. Sobran las razones para entender el porqué de las reacciones que genera, y esas son las siguientes:
  • Romeo es famoso por complacer a sus fanáticas a toda costa, ya que en sus conciertos tiene la costumbre de ponerse cariñoso con sus fieles seguidoras, escogiéndolas y llevándolas al escenario en donde es posible que hasta las lleve a una cama que es parte de su escenografía, además de darle un beso o un tierno abrazo. 
  • La letra de sus canciones es otro plus para el cantante, ya que son letras realmente románticas, sensuales y algunas muy provocativas, al igual que los videos que realiza.
  • Su atractivo físico, pues con sólo verlo es sencillo intuir que las mujeres lo adoran. Su tono de piel canela, su altura, su cuerpo tonificado, además de una mirada y labios que enamoran instantáneamente, son también razones muy importantes.
  • Su valentía. El "Rey de la Bachata" admitió con mucha vergüenza que abandonó a su novia cuando tenía 17 años luego de ella quedar embarazada, y que fue un padre ausente durante los dos primeros años de la vida de su hijo Alex. Esto habla muy bien del cantante al asumir que cometió un error y haber rectificado, siendo hoy día un padre ejemplar.

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